San Julián de Herrera es un templo de planta de cruz latina con cabecera cuadrada, el crucero cubierto por una cúpula encamonada (fingida), capillas laterales con similar cubierta y los dos tramos de la nave con lunetos (también fingidos). La traza se atribuye a Francisco de la Riva Velasco, en una escritura fechada en 1659 (la iglesia fue concluida en 1662). Destaca en su interior el retablo mayor de estilo prechurrigueresco, contratado en 1679 y ejecutado sobre una traza de Francisco de Barros, por los ensambladores Benito de Palazuelos y Juan de Barros, así como los retablos colaterales fechados en 1662 y 1670.